domingo, 31 de mayo de 2009

Mi confrontación con la docencia

Hola compañeros.

Les comparto mi experiencia con la docencia.
A lo mejor, más de alguno coincide conmigo en algún punto.

Mi confrontación con la docencia.

Mi destino es la docencia.

Esta frase la adopte desde que acepte que en la Licenciatura de Química no me prepararon social y psicológicamente para trabajar en una empresa ocho o más horas diarias haciendo lo mismo de manera rutinaria.

Esta actividad, es para mí, mucho más reconfortante porque trabajo con personas de carne y hueso y sus éxitos y fracasos los considero compartidos. En mucho tiempo me dedique a impartir clases desde las 8:00 de la mañana hasta las 9: 00 de la noche con espacios de una hora para traslados y comida de una institución a otra, hasta que por fin logre la categoría de tiempo completo en una institución y una descarga de horas de manera significativa. Después de esto, el tiempo se me hacía muy largo y decidí dar asesorías a los alumnos después de salir de la escuela en la que tenía mi carga horaria en la mañana y logramos bajar el índice de reprobados en el periodo que estuve dando estas asesorías extra clase. Debo comentar que es muy gratificante ver a los alumnos que no tienen la más remota idea de lo que quieren aprender y lograrlo en poco tiempo con la ayuda de ellos al acreditar la materia.

La docencia me ha dado muchas satisfacciones y muchos desencantos pero sigo en ella por decisión propia; me sigo desarrollando y preparando para ser cada vez mejor guía, coordinador, profesor y facilitador del aprendizaje desarrollando las habilidades, actitudes y destrezas que no tengo plenamente desarrolladas y acercarme cada vez más al perfil del profesor-facilitador formado en competencias. Esto me podrá permitir contribuir a desarrollar las competencias de los estudiantes del siglo XXI en el tiempo, espacio y asignatura que la institución nos permite colaborar y entregar a la sociedad y/o al mercado laboral una persona con un perfil adaptable en cualquiera de estos dos ejes de desarrollo individual.

La docencia, es pues, para mí, la vida misma y sin querer ser como mi madre o abuela (profesoras normalistas), mis profesores de kínder, primaria, secundaria, bachillerato, licenciatura, maestría o especialidad, sigo sus pasos, enseñanzas y consejos que me han permitido llegar hasta donde hoy estoy, ser y sentirme exitoso por ellos mismos, mis alumnos y ex alumnos.

Comparto estas líneas con mucho gusto y cariño.

Cordialmente.
Luis Porfirio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario